Aunque
lo intentó, no pudo olvidar todo lo que su hermano le contó.
¡Marta y Robe juntos! No podía imaginarles ¿Qué podía unirles?
Eran muy distintos. Solo sexo no podía ser. Su hermano no era un
tipo especialmente mujeriego, no le gustaba cualquiera, ni se liaba
con la primera que veía... Arriesgó demasiado para ser solo sexo, y
nunca nadie sospechó nada de ninguno de los dos. Es cierto que
bromearon con la idea de que Marta fuera lesbiana pues llevaban mucho
tiempo sin verla con compañía masculina, hasta el día de la boda
de su hermano Jorge. Ahora comprendía porque Robe se comportó de
esa manera tan irascible y huraña durante toda la celebración.
Aunque
actualmente no sintiera por Marta más que amistad, estaba celoso. No
lo entendía. De haber sido otro cualquiera no se sentiría tan mal,
pero era su hermano, y no podía evitar sentirse ofendido y
traicionado. “Ella disfrutaba con alguna que otra situación
comprometida”- Recordó la frase de su hermano. ¿Qué
situación comprometida? Marta no era así. Provocar... ¡Jamás se
atrevería! Era muy tímida. La indignación que sentía iba en
aumento, hasta tal punto que no vio ni habló con su hermano durante
el resto de la semana evitando atender a sus repetidas llamadas
telefónicas.
-
Charly esta muy enfadado- Comentó su madre distraídamente- Y es
raro en él.
-
¿Le has llamado?- Insistió.
-
Déjalo estar mamá. Sabía que esto ocurriría y se lo advertí, él
insistió...
Si
reacciona como un crío es su problema.
-
Pero sois hermanos...
-
Los hermanos también se enfadan.
-
¿Pero qué ha pasado ahora? Estabais tan bien y Charly te estaba
ayudando tanto...
¿Tu
también estas enfadado con él?
-
Mamá, Charly es médico- Puntualizó- Y no, no estoy enfadado con
él. Aunque no le entiendo.
Me
gustaría dejarlo en este punto mamá. No voy a contarte nada que no
quiera que sepas, tú también te enfadarías.
-
¡Claro hijo! Cómo quieras, pero tu hermano no solo te ha ayudado
por ser médico.- Le defendió.
¿Y
con tu novia qué vas a hacer? – Volvía a la carga, estaba claro
que hasta que no llegara a donde quería ir no pararía. La miró
sorprendido-Tienes que darle alguna explicación.
-
Ese es problema mío, no debes preocuparte.
-
Pero en todos estos días sólo ha venido a verte una vez. Yo creo
que también esta enfadada, porque en el hospital no se separó de ti
ni un instante, atendía el teléfono y decidía que mensaje debía
darte y cual no- Ya estaba dicho. Lo había dicho. Su hijo la miraba
expectante. -¿Quieres merendar?- Cambió de tema intencionadamente
para obligarle a preguntar.
-
¿De que mensajes hablas?- Preguntó finalmente entrando de manera
consciente en el juego de su madre.
-
Marta llamó todos los días y Sonia no consintió que hablaras con
ella ni una sola vez, tampoco te comentó las llamadas.
-
¿Cómo lo sabes?
-
Porque al menos en dos ocasiones estuve presente, una de ellas yo
misma cogí el teléfono, tu dormías. Cuando me marché le pedí que
te dijera que Marta había llamado. No lo hizo.
¿O
sí?
- No
recuerdo mamá, todo lo ocurrido aquellos días es como si no me
hubiera pasado.
-
¿Tú la quieres?
- ¿A
quién?
-
¡Qué pregunta! ¿A quién va a ser?- Su hijo había entendido la
doble intención de la pregunta.
-
No, no la quiero- Le devolvió la pelota sin aclarar a cual de las
dos se refería.
-
Pues tienes un problema hijo, ella cree que es la mujer de tu vida, y
los dos sabemos que no es cierto, que la mujer de tu vida es otra.-
Comentó decidida.- Tu hija.- Aclaró
-
Claro mama. Mi hija.
¿Estuviste
escuchando detrás de la puerta?
Se
sorprendió ante una pregunta tan directa.
- No
mientas mamá.
-
Roberto, yo en mi casa no escucho tras las puertas...
-
Perdona...
-
Escucha, no sé qué pasó con Marta, y no tengo ningún derecho a
preguntarte por ello. Es tu vida.
Tanto
respeto le escamaba.
- Sé
que no quieres ni oírla.
-Tus
razones tendrás.
¿Adónde
quería ir a parar su madre? No dejaba de mirar como reflexionaba en
voz alta atendiendo la labor de punto de cruz que tenía entre las
manos.
- A
mí es una muchacha que me gusta. La conozco desde que nació. Ya me
dirás, toda la vida siendo vecinos.
Pero
es raro. Una chica joven, atractiva, porque guapa no es, pero tiene
algo, y me consta que tiene éxito con los hombres, y no haber tenido
ni un solo novio, nada y ya tiene treinta años... ¿No me digas qué
no es raro? ¡Y esa afición por viajar... Como si huyera de algo o
alguien!
-
¿Adónde quieres llegar, mamá?
- A
ningún sitio hijo. Es hablar por no callar.
- A
tu edad deberías saber que de lo que se desconoce es mejor no
hablar.
-
Tienes razón.
Pero
hay que reconocer que es raro...
-
Pues no, no lo es.- Sentenció.
Es
de lo más normal. Pasa continuamente.
Te
enamoras de quien no debes, juegas y pierdes.
Me
ha pasado a mí, y a Charly, y a cualquiera...
- Ya
hijo, ya.
A tu
hermano le gustaba ella ¿no?
- ¡Y
yo qué sé! No hay quien le entienda.
- Tu
se la quitaste...
-
¿Cuándo se la quité mamá?- Estaba dentro del jardín sin saber
cómo había hecho para entrar.
-
¿Cuándo? Dímelo tú.
-
No, no voy a cometer otra vez el mismo error.
Yo
no le quité la chica a nadie... Como bien sabes- Subrayó- Entre
Marta y yo algo hubo. No hace falta que des tantas vueltas. Hubo, que
no hay. Comprendes la diferencia ¿verdad? ¿Lo qué pasó en el
hospital? Yo estaba inconsciente, no recuerdo.
Charly
cree que le engaño, Lidia sabe que la engañé... A la única
persona que no he engañado en esta historia es a Marta. Ella siempre
supo lo que había no se lo oculté, y lo aceptó.
Mamá,
no quiero seguir con este tema.
Marta
aceptó colaborar para hacerme volver. Gracias. Mil veces.
Pero
no quiero llamarla, ni verla.
Sonia
si me dio sus mensajes.
-
¿Por qué no quieres hablar con ella?
- Es
mejor así.
-
¿Sigues sintiendo algo?- Era imposible escapar, no se daba por
vencida. Cada vez iba un poquito más lejos.
-
Aquello pasó, y terminó.
Fue
ella quien le puso fin.
-
No. No me mires así. Ya sé que soy igual que mi padre.
-
Por eso os lleváis tan mal.
-
Ese es otro tema.
- Te
he parido, te he criado, y eres un desconocido...
- No
lo soy, mamá.
Pero
mi vida es mía, con sus aciertos y errores. Yo la escribo día a
día. De todo cuanto he hecho el único responsable soy yo, y no me
arrepiento de nada.
Le
jodí la vida a Marta, vale. Pero por ella dejé a mi mujer y a mi
hija, y a cambio recibí una patada en el culo.
Es
lo que intenté explicarle a Charly y no me permitió. Las cosas no
son tan evidentes. Si nos quedamos solo con el enunciado, resulta
hasta vulgar, pero hay mucho más detrás. Fue una relación
dependiente y obsesiva. Lo aposté todo y todo perdí. Pude haberlo
hecho antes, pero lo hice cuando creí oportuno y me equivoqué.
No
estoy enfadado con nadie.
Pero
no quiero que os lo toméis a la ligera y opinéis libremente sobre
lo que desconocéis. Hablaré con Marta cuando estime oportuno o
quiera. Para mí, ella, tiene todo mi respeto, y esta aparte de todo.
Ella, yo, y después el resto.
No
debí hacer nada de lo que hice, era bastante mayor que ella y supe
en todo momento que terreno pisaba.
-
Ella tampoco quiere verte.- Pese a intuirlo, le dolió.
La
invité a comer varias veces y nunca ha aceptado, siempre se ha
excusado...
- No
intervengas.
Deja
que las cosas sigan su curso.
Créeme,
Marta no necesita que le dé las gracias. Ella sabe que tiene de mí
lo qué quiera, cuando quiera
Me
pidió tiempo, y se lo di. De esto hace dos años.
- Si
claro, pero tú tienes novia... – La mirada irónica de su hijo la
mostró el error- Perdona ¡qué tontería he dicho!
¿Le
has contado esto a Charly?
- No
me dejó.
Se
hizo el ofendido, sintiéndose obligado a defender a Marta de mí. Ya
le oíste.
De
todos modos, da igual. Nada va a cambiar.
-
¿No vas a hacer nada?
-
¿En qué frente?- Sonrió cansado.
Es
muy difícil que entendáis lo qué pasó y por qué pasó. Y cómo
pude enamorarme de esa manera cuando lo tenía todo. El matrimonio
perfecto, la profesión por la que tanto luché, una vida ideal.
Humo. Marta era el motor de esa apariencia, mi principio y mi fin. Mi
vida. Por ella me olvidé de todo y de todos, hasta de ella misma.
Ese fue mi error, creerme dueño de su vida. Exigir, y exigir, y cada
vez dar menos a cambio. Las cosas son como son y no se puede dar
marcha atrás. No hay segundas oportunidades.
-
¿De haberlas, qué cambiarías?- Volvió la vista hacia el mar, cómo
si necesitara tiempo para encontrar una respuesta. Tenía dos
posibles: no haber cedido a la presión de su padre habiéndose
casado; o no haber celebrado con ella su despedida de soltero. Le
resultaba extraño mantener con su madre una conversación así y no
oír reproche alguno. También ella era una desconocida. Lo ignoraba
todo, qué sentía, sus deseos, sus sueños. Estaba acostumbrado a
que estuviera siempre en su puesto, perfectamente peinada, sonriente
y dispuesta a todo. Cargando sobre sus hombros con las decepciones
propias y las ajenas, y haciendo suyo el sufrimiento de cada uno de
sus hijos.
-
Fuiste muy valiente. – Le dijo evitando responder – Sé que te
recuerdo a papá y que no puedes entenderme...
- Te
equivocas. Entiendo perfectamente que te enamoraras de otra mujer
pero no que mantuvieras el engaño tanto tiempo jugando con la vida y
los sentimientos de dos personas que no lo merecían.
Lo
de tu padre es otra cosa. – Su expresión cómplice se había
crispado. Accedió a contestar como si de un intercambio de
confesiones se tratara – Tu padre tiene la mala costumbre de follar
con la primera que pasa, y no le disgusta pagar por ello, y eso de
que los hombres buscan fuera lo que en casa no les dan es un cuento
chino, tu padre nunca pidió nada. Era un hipócrita. “Mi mujer
es una santa. Esposa y madre abnegada, pero las fiestas con
otras, que ella es etérea.” Cuando Charly se fue
de casa y me quedé a solas con él resultó que vivía con un
extraño: ni amistad, ni complicidad, y lo que es peor, ni cariño.
Ahora lo único importante soy yo. Y no tengo que aguantar a nadie,
ni nadie tiene que aguantarme a mí. Primero dejó de gustarme, pero
no recuerdo en que momento deje de quererle.
¡Vaya
dos sosos, aquí, compartiendo fracasos! Me cambiaría por ti sin
dudarlo. Dos años es mucho tiempo. Se sincero contigo mismo y con
ella, búscala, dile que la quieres. Mostraos ante todos, no debéis
esconderos más. ¡Salid del armario!- Rió animosa- ¿No es así
como se dice ahora? ¡Y dame una nieta a la que pueda ver cuando
quiera y no cuando a su madre le dé la gana!
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